devocionales

Todo comienza con establecer que Dios es real. Su  voluntad para con el ser humano es buena, agradable y perfecta. A Dios  lo define su Poder, Su Amor y Su Justicia. Es importante comprender que  Él nos ama y desea lo mejor para nosotros. Dios está interesado en que  seamos felices y para lograrlo estableció un maravilloso plan. El nombre  clave de este plan es Jesucristo.

Crecer en el conocimiento de Dios nos permite creer,  confiar y obedecer. En la vida del creyente es importante el crecimiento  espiritual. Los que crecen, en el conocimiento de Dios, no se amoldan  al mundo actual. Este crecimiento nos permite ser imitadores de  Jesucristo. Los que aprenden a confiar en Él nunca serán defraudados. En  la medida en que el creyente se acerca a Jesucristo descubre que Él es  Dios. Una verdad inmutable: Si nos acercamos a Dios, Él se acercará a  nosotros.

El creyente que no persevera nunca llegará al nivel de  discípulo. Es importante fortalecer nuestros músculos espirituales. El  primer paso consiste en confiar en Dios. ¡Él no defrauda! Todo verdadero  cristiano debe ser sagaz para el bien y estar dispuesto a someterse a  Dios. Los que así lo hacen, vencen con facilidad, el mal con el bien. El  creyente que desea alcanzar el nivel de discípulo se aleja del mal. ¡No  desesperes Dios conoce tus necesidades!

¿Quieres ser feliz? ¡No límites a Dios! El creyente  tiene derecho a ser feliz. Es asunto de buscar primeramente el reino de  Dios y su justicia. La verdadera felicidad tiene sus raíces en la  justicia de Dios. Vencer el mal con el bien, no es una buena sugerencia,  sino un mandato de Dios. Jesucristo es fuente de esperanza. ¡Él venció  al mundo! Hacer lo correcto comienza con aceptar la voluntad de Dios; la  cual es buena, agradable y perfecta.

 Instrumento de evaluación, que nos ayuda a evaluar nuestro crecimiento en el conocimiento de Dios. Este cuestionario te ayudará a visualizarte en que lugar te encuentra en la carrera de la fe. En total son cuatro las categorías; recién convertidos, empezando la carrera, en proceso de alcanzar la meta y acercándose a la meta. Todo discípulo comienza como creyente pero no todo creyente llega a la categoría de discípulos.